A mediados del siglo XX Alexander Fleming descubrió por accidente la penicilina, un antibiótico presente en la secreción de un hongo: Penicilium notatum. Este descubrimiento salvó miles de personas durante la segunda guerra mundial:
Decenas de personas cultivaban dicho hongo dentro de palanganas y todo tipo de cuencos, sobre caldo de carne, para luego curar a los heridos.
Hoy se sigue cultivando este moho eso sí, un millón de veces más productivo, para generar penicilinas de consumo actual; los expertos calculan que en la actualidad una de cada 10 personas del planeta habría fallecido si no es por estos hongos.
Y es que la medicina occidental sabe perfectamente que los hongos medicinales son muy importantes: cultivan muchas especies para la producción de medicamentos. Así reductores de colesterol como el lovastatín o el pravastatín derivan del cultivo de Aspergillus flavus y Penicillium citrinum. Es interesante saber que también producen estatinas (moléculas que inhiben la síntesis de colesterol) setas de supermercado tan comunes como la seta de ostra (Pleurotus ostreatus) o el shitake (Lentinus edodes), cuyo consumo se considera una buena ayuda para este problema.
Pero no sólo hongos “tipo mohos” son cultivados por la industria farmacéutica. Organismos que producen setas son también utilizados. Así, una especie que en la naturaleza devora escarabajos de la madera (Cordyceps subsessilis) se cultiva como una fuente riquísima de ciclosporina A, molécula que impide que un paciente trasplantado rechace su trasplante (inmunosupresor). En setas comunes del campo también existen moléculas inmunosupresoras, como la rica seta de plantío (Tricholoma populinum), la dura seta de raíz de encina (Phellinus torulosus) o la gran conocida levadura de cerveza (Saccharomyces cerevisae).
tricholoma populinum.
Seta de plantío. Su consumo reduce las alergias en primavera debido a las propiedades inmunosupresoras
El listado de medicamentos producidos cultivando hongos es muy grande: sustancias para la diabetes, moléculas para tratamiento de cánceres (más de 50 hongos!), sustancias antivirales, sustancias inmunoestimulantes, hemostáticos… En resumen. Los hongos medicinales mueven miles de millones de euros en la medicina occidental, sin que lo sepamos y, lo que es más interesante y aplicado: muchas de estas sustancias se encuentran en setas comestibles y setas medicinales que podemos recolectar en nuestros campos.